- Una calle de la Gran Vía lleva el nombre de un enamorado de Granada
- Tal vez los vecinos de Arenas del Rey pongan hoy una flor en su tumba
- Fue médico, pintor y fundador del Centro Artístico.
Recordemos en esta semana del amor a don Valentín; un enamorado de la ciudad de la que hablaba maravillas; tanto que, a raíz de un viaje que realizó a Italia, sus amigos le llamaron Valentín Granada. Los componentes de la tertulia La Pajarera lo querían con locura y tal vez Arenas del Rey ponga hoy una flor en su tumba por lo que allí hizo.
A su muerte, con tan solo 40 años, le demostraron con dedicatorias el enorme cariño y respeto que le tenían. Pintor algo más que aficionado, médico entregado, gran orador y hasta hábil industrial azucarero, Valentín Barrecheguren, al que sus amigos llamaban El Melenazas por su poblada cabellera, rompe el tópico del típico malafollá granaíno.
Leyendo el número extraordinario que el Centro Artístico le dedicó como homenaje tras su muerte en agosto de 1893, todos sus amigos, Méndez Vellido, Gómez Moreno, Ruíz de Almodóvar, Nicolás María López, etc., coinciden en las extraordinarias dotes humanas de este simpático granadino.
Don Valentín tal vez sea más conocido como pintor, habilidad artística que ya demostró desde niño y a su paso por el colegio de los Padres Escolapios; la llegada a Granada de Fortuny le impactó; trabaron amistad y hasta recibió clases y consejos del pintor reusense; pero a su afición artística suma sus estudios de Medicina los que le sirvieron para demostrar su auténtica vocación y espíritu de servicio a los demás. Colaboró con el doctor Olóriz en la publicación de la obra La lepra en Granada de otro ilustre médico, el doctor Benito Hernando.
Coincidió desgraciadamente con vivir los terremotos de la provincia de Granada en 1884 y tanto fue su apoyo a los heridos que lo nombraron Hijo Adoptivo de Arenas del Rey, uno de los pueblos más castigados por el seísmo, donde el doctor Barrecheguren demostró su solidaridad; también fue nombrado Hijo Adoptivo el director de El Defensor de Granada Luis Seco de Lucena.
Colaboró don Valentín con la misma entrega en la recuperación de los enfermos afectados por la epidemia de cólera al año siguiente, hasta llegar a encargarse de la dirección del Hospital de San Lázaro. Perteneció además a la Academia de Bellas Artes, a la Sociedad Económica de Amigos del País, al Liceo; y hasta ejerció de secretario general de la Cámara de Comercio.
Destaquemos aquí su admirable condición humana, su carácter siempre alegre, su conversación amena y ocurrente, sus chistes oportunos y respetuosos; así lo manifiestan cuantos lo conocieron. Valentín Barrecheguren fue socio fundador del Centro Artístico y el creador de las simpáticas carrozas que él mismo adornaba para las fiestas de Reyes Magos y carnavales. Así lo escribe Gómez Moreno: “Se le debe en Granada la introducción de las carrozas alegóricas… fingiendo rocas y castillos y proporcionando los trajes que habían de figurar en las alegorías…”Médico, artista, orador, industrial y hasta fotógrafo y excursionista aficionado a los itinerarios de montaña acompañado a veces del pintor Francisco Pradilla con el que luego intercambiaba sus bocetos. Barrecheguren “ocupaba en la tertulia La Pajarera honrosísimo lugar y su opinión era escuchada con muchísimo gusto”. Esto escribía su amigo Méndez Vellido.
La calle Valentín Barrecheguren desemboca en la Gran Vía; él fue administrador de la fábrica de remolacha azucarera Santa Juliana y esa calle, que se abriría unos años después, tiene bastante relación con la industria azucarera, tanto que se le pensó llamar Gran Vía del Azúcar. No está mal recordar a don Valentín en la semana de San Valentín y conocer de camino esta otra entrañable tesela del histórico mosaico granadino.
José Luiz Delgado. Periódico Granada Hoy