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Donación de sangre: el 24 de septiembre en Jayena, el 16 de octubre en Zafarraya.

19 septiembre, 2019

Los días 24 de septiembre y 16 de octubre se harán las próximas colectas de sangre en la Comarca.

Concretamente el martes 24 de septiembre se hará en Jayena, en el consultorio médico en horario de 17 a 20:30 h.

El miércoles 16 de octubre se hará lo propio en Zafarraya, también en el consultorio médico pero en este caso alargándose en media hora más, es decir, de 17 a 21 h.

La donación de sangre

Cada día, decenas de pacientes en nuestros hospitales salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y derivados. En la medicina moderna, los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los transplantes de órganos, todo sería imposible sin transfusiones. Detrás de todos estos avances están miles de donantes anónimos que lo hacen posible.

La sangre no puede fabricarse, a pesar de los avances científicos en la tecnología de recombinación genética para la producción de proteínas humanas, todavía sigue siendo la donación la única fuente de sangre para la transfusión. Y la donación debe ser libre y altruista por motivos de seguridad (el donante no debe tener otro interés que el altruismo para la donación y de Justicia social: todos debemos contribuir solidariamente como deber social que es, por ello y por ley la sangre no debe ser motivo de comercio, ni se compra ni se vende).

¿Qué es la sangre?

La sangre es el fluido de la vida.

La sangre es un tejido líquido que regula el transporte del oxígeno que recoge en los pulmones a todos los tejidos del cuerpo, y elimina el dióxido de carbono transportándolo desde los tejidos hasta los pulmones.

La sangre es el fluido del crecimiento, transportando los nutrientes desde el aparato digestivo hasta las células, y hormonas desde las glándulas hasta todos los tejidos del cuerpo.

La sangre es el fluido de la salud, transportando a los tejidos las sustancias que combaten las enfermedades y llevando los desperdicios a los riñones, hígado y otros órganos de excreción.

La sangre también tiene un papel importante en funciones como la coagulación, la inmunidad y el control de la temperatura corporal.

La cantidad de sangre de una persona está en relación con su edad, su peso, sexo y altura. Una persona adulta puede tener entre 4 y 6 litros de sangre, aproximadamente el 7% de su peso corporal.

La sangre está constituida por varios elementos con funciones diferentes, de ahí que puedan ser transfundidos a pacientes distintos según las características de su enfermedad. Es por eso que con sólo una donación se puede beneficiar a más de un enfermo.

Los componentes de la sangre

Los glóbulos rojos, también denominados hematíes ó eritrocitos, son las células sanguíneas más numerosas, cuyo característico color rojo se debe a una proteína que se halla en su interior llamada hemoglobina, responsable de ligar el oxígeno para transportarlo desde los pulmones a todos los tejidos del organismo para que las células respiren.

También se encargan de eliminar el dióxido de carbono que se produce por la actividad celular.

Los glóbulos rojos se forman en la médula ósea, que se halla dentro de los huesos del esqueleto, desde donde son liberados al torrente sanguíneo.

Su déficit (anemia) provoca una carencia de oxígeno en los órganos vitales de los enfermos. En este caso deben administrarse concentrados de hematíes.

 

Los glóbulos blancos, o leucocitos, se encargan de proteger al organismo contra el ataque de bacterias, virus, hongos y parásitos. Cuando hay una infección aumentan su número para mejorar las defensas. Unos se forman en la médula ósea y otros en el sistema linfático (bazo, ganglios, etc…).

Los glóbulos blancos están constantemente atentos a cualquier signo de enfermedad. Cuando aparecen los gérmenes utilizan diferentes maneras para atacarlos; pro ejemplo produciendo anticuerpos protectores que inutilizan a los gérmenes; ó rodeando y devorando a la bacteria invasora.

 

Las plaquetas, o trombocitos, son las células sanguíneas más pequeñas. Intervienen en la coagulación de la sangre impidiendo las pequeñas hemorragias que se producen habitualmente en las arterias, venas y capilares; además de producir  diversas sustancias que ayudan a la cicatrización de las heridas.

Se producen en la médula ósea y viven entre 6 y 7 días. Su déficit (trombopenia), que es frecuente en enfermedades como la leucemia, o tras algunos tratamientos del cáncer, provoca la aparición de hemorragias graves. El tratamiento prioritario en estos casos es la transfusión de concentrados de plaquetas.

El plasma es la parte líquida de la sangre. Compuesto fundamentalmente de agua y proteínas, interviene en múltiples procesos metabólicos básicos para el organismo como la coagulación de la sangre, la inmunidad y el transporte de varias sustancias y medicamentos.

Entre las sustancias más importantes que transporta el plasma se encuentran las siguientes:

  • La Albúmina
    Es una proteína que ayuda a mantener el agua del plasma en una proporción equilibrada.
  • Las Globulinas
    Son los anticuerpos encargados de la defensa de nuestro organismo frente a las infecciones. Su disminución acarreará una bajada de defensas.
  • Factores de Coagulación
    Son imprescindibles para evitar las hemorragias. La ausencia de algún factor de coagulación puede ocasionar trastornos hemorrágicos ya que se dificulta la formación del coágulo.
  • Otras proteínas transportan sustancias necesarias para el normal funcionamiento de las células (grasas, azúcares, minerales, etc).

El plasma se utiliza para elaborar concentrados específicos de proteínas, que constituyen el tratamiento de varias enfermedades como la hemofilia y otros defectos de la coagulación, inmunodeficiencias con riesgo de padecer múltiples infecciones graves, la trombosis y otras.

Los grupos sanguíneos

No todos los productos derivados de la sangre se pueden transfundir a cualquier destinatario. La compatibilidad entre la sangre del donante y la del paciente es fundamental.

Un grupo sanguíneo es una forma de agrupar ciertas características de la sangre en base a la presencia o ausencia de determinadas moléculas, llamadas antígenos, en la superficie de los glóbulos rojos. Existen muchos grupos sanguíneos, pero entre todos ellos destacan por su importancia a la hora de la transfusión los grupos pertenecientes al sistema ABO y Rh.

El sistema ABO

En este caso la sustancia que determina el grupo sanguíneo son los azúcares, y según su composición encontramos cuatro grupos: A, B, AB y O. En cada uno de estos grupos los hematíes tienen un antígeno que los diferencia, el grupo A tiene el antígeno A, el grupo B tiene el antígeno B, el grupo AB tiene los dos antígenos y el grupo O no tiene antígeno A, ni B.

El sistema Rh

En 1940 se descubrió otro grupo de antígenos (D) que se denominaron factores Rhesus (factores Rh) porque fueron descubiertos durante unos experimentos con simios del tipo Macaccus Rhesus. Según este grupo sanguíneo, las personas con factores Rhesus en su sangre se clasificarían como Rh positivos; mientras que aquellas sin los factores se clasificarían como Rh negativos, y sólo podrán recibir sangre de donantes Rh negativos.

Compatibilidad

Al combinar estos dos sistemas podemos llegar a una clasificación más detallada de los diferentes tipos de sangre: A+, A-, B+, B-, AB+, AB-, O+ y O-. Algunos de estos grupos sanguíneos son más raros que otros. En la región Granada-Almería el desglose es el siguiente:

O A B AB
Rh + 36% 37% 9% 3%
Rh – 6% 7% 1% 1%

En la mayoría de los casos, los paciente reciben sangre de su mismo grupo sanguíneo, sin embargo, las personas del grupo O-, que no presentan los antígenos A, B ó D en la superficie de sus glóbulos rojos, puede donar sangre a cualquier persona, son «donantes universales». Del mismo modo, los individuos AB+ se denominan «receptores universales”, porque en la superficie de sus glóbulos rojos están simultáneamente los antígenos A, B y D.

En la siguiente tabla vemos resumida la compatibilidad de grupos:

Grupo A quién puede donar De quién puede recibir
A+ Puede donar a A+ y AB+ Puede recibir de A± y O±
A- Puede donar a A± y AB± Puede recibir de A- y O-
B+ Puede donar a B+ y AB+ Puede recibir de B± y O±
B- Puede donar a B± y AB± Puede recibir de B- y O-
AB+ Puede donar a AB+ Receptor universal
AB- Puede donar a AB± Puede recibir de A-, B-, AB- y O-
O+ Puede donar a A+, B+, AB+ y O+ Puede recibir de O±
O- Donante universal Puede recibir de O-

 

Otros grupos sanguíneos

Existen otros grupos sanguíneos, también clasificados por letras como, por ejemplo M, N, S y P y otros conocidos por el nombre de las personas en las que se identificaron los anticuerpos por primera vez (Kell, Duffy, etc.).

La identificación de los grupos sanguíneos supuso un hecho muy importante, tanto por las numerosas contribuciones al establecimiento de los principios genéticos como por su importancia en las transfusiones; una transfusión de sangre entre grupos incompatibles puede provocar una reacción inmunológica que puede desembocar en hemólisis, anemia, fallo renal, shock, o muerte.

Para realizar una transfusión en condiciones de seguridad es necesario respetar las normas de compatibilidad biológica de grupos sanguíneos. Para asegurar la seguridad en una transfusión, más allá de todos los controles efectuados por el CRTS, se realiza una prueba definitiva de compatibilidad en la cama del paciente justo antes de la transfusión.

¿Por qué donar?

LA SANGRE NO PUEDE FABRICARSE a pesar de los avances científicos en la tecnología de recombinación genética para la producción de proteínas humanas, la única solución es que una persona quiera ceder una pequeña cantidad de su sangre, de manera voluntaria y altruista. El hecho de donar sangre comporta una actitud responsable y solidaria que hay que imitar.

Cada día decenas de pacientes en nuestros hospitales salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y sus derivados.

Por ello no se trata de donar sangre solamente hoy, sino que es absolutamente imprescindible donar periódicamente. Se trata de convertir la donación en un hecho habitual, acudir cada 4 ó 6 meses a donar debería ser una cosa familiar para todos, haciendo entonces posible que las necesidades de sangre y derivados se cubran totalmente.

En la medicina moderna, los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los trasplantes de órganos, todo sería imposible sin transfusiones, detrás de todos estos avances están miles de donantes anónimos que lo hacen posible.

 

¿Para qué utilizan los componentes sanguíneos?

Los concentrados de hematíes se transfunden para corregir los síntomas y signos derivados de la falta de oxigenación de los tejidos que acompañan las anemias producidas por causas como las leucemias, los linfomas o los cánceres, que disminuyen la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.

También son necesarios en el tratamiento de las hemorragias de aquellos enfermos que padecen una anemia por sangrado intenso como los asociados a los traumatismos graves óseos y abdominales, rotura de aneurisma aórtico, hemorragias digestivas, intervenciones quirúrgicas o trasplantes hepáticos.

 

Las plaquetas se transfunden frecuentemente para prevenir hemorragias en pacientes que presentan un nivel bajo de plaquetas en la sangre, como los pacientes con cáncer o leucemia aguda en tratamiento con quimioterapia, o pacientes con aplasia de médula ósea incapaces de producir plaquetas. También está indicado en pacientes con hemorragias graves espontáneas asociadas al mal funcionamiento de las plaquetas, como los niños que nacen con alteraciones hereditarias plaquetarias.

 

El plasma puede emplearse para el tratamiento de pacientes con carencia de factores de la coagulación y que sufren hemorragias graves, como es el caso de personas que sufren enfermedades del hígado.

A pesar de su amplia utilización, el plasma es probablemente el componente sanguíneo con menos indicaciones establecidas. Salvo en casos puntuales, es preferible el uso de sus derivados, que se han conseguido en forma purificada, concentrada, con posibilidades de dosificación precisa e inactivados para virus potencialmente contaminantes. Así, del plasma puede obtenerse albúmina e inmunoglobulinas:

  1. La albúmina se utiliza en enfermos con retención de líquidos debido a fallo del hígado o del riñón y en personas que han sufrido una pérdida importante de proteínas a consecuencia de graves quemaduras.
  2. Las inmunoglobulinas se usan en el tratamiento de las infecciones causadas por bacterias en niños que padecen una carencia congénita de estas proteínas.

 

Razones para donar

La donación es libre y altruista, no puede ser motivo de comercio. Ni se compra ni se vende. Por tanto, la iniciativa parte de ti, pero, por si tienes alguna duda, aquí te presentamos razones que pueden ayudarte a dar este pequeño paso solidario:

  • Con una donación, se salvan tres vidas.
  • La cantidad donada sólo representa el 10% de la sangre que normalmente se posee, porcentaje que no interfiere con el funcionamiento normal del organismo.
  • La donación de sangre se puede hacer a cualquier hora del día, sin necesidad de condiciones especiales.
  • Cada día 75 personas salvan su vida en España gracias a las transfusiones.
  • Los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los transplantes de órganos,… serían imposibles sin donaciones de sangre.
  • La sangre no puede fabricarse.
  • Si piensas donar cuando haya una emergencia, ya llegas tarde. Tu sangre debe ser sometida a pruebas y procesos. Por lo tanto, es mejor acudir antes de que aparezca la necesidad.
  • En verano, hace más falta, al contrario de lo que se cree, por el aumento de los accidentes y la escasez de donantes en sus residencias habituales.
  • Porque mañana, a lo mejor, le hace falta a uno de los tuyos.
  • Hacen un buen análisis de tu sangre.
  • Garantías de seguridad para el donante y el receptor.

¿Puedo donar?

En principio, puedes ser donante de sangre si tienes entre 18 y 65 años, pesas más de 50 kilos y gozas, en general, de buena salud.

  • Es preciso tener este peso mínimo, porque en cada donación se recoge una cantidad estándar para todos los donantes (450 ml).
  • Las mujeres pueden donar hasta 3 veces al año, 4 veces si eres hombre.
  • Entre cada donación de sangre deben transcurrir al menos dos meses.
  • No es preciso estar en ayunas para hacer una donación de sangre, incluso habiendo hecho una comida normal se puede donar sin problemas.
  • Puedes donar incluso aunque tengas el colesterol elevado o tomes alguno de los medicamentos más frecuentes.

En cualquier caso, tanto para la seguridad del donante como para la del receptor, previamente a la donación se debe contestar un cuestionario médico orientado a detectar cualquier posible factor de riesgo. Las preguntas de este documento vienen determinadas por ley y su objetivo es velar por la seguridad del donante y del futuro receptor.

Sin embargo, en ningún caso una respuesta afirmativa al cuestionario invalidará directamente una donación de sangre. El médico responsable de la extracción es quién decidirá, en última instancia, si ésta se realizará.

Así, por ejemplo, se comprueba la tensión del donante, el pulso, los valores de hemoglobina, se confirma si no ha realizado prácticas de riesgo que faciliten el contagio de la hepatitis o el Sida, etc…

¿Dónde donar?

AQUÍ!!!!

Proceso de la donación

El acto de donar sangre es sencillo, rápido, prácticamente indoloro y controlado médicamente. Todo el proceso desde la identificación del donante hasta que se marcha después de donar y recuperarse no tiene por qué durar más de media hora.

Si quiere ser donante de sangre y desea conocer cómo se realiza una donación, entonces puede leer estos contenidos para saber más sobre este proceso en el que el principal protagonista es el donante que voluntaria y desinteresadamente ofrece su sangre y su tiempo con el único fin de ayudar a otras personas.

Los profesionales del Centro de Transfusión atenderán al donante durante todo el proceso para que su esfuerzo solidario sea lo más gratificante posible y para que la sangre donada sea correctamente tratada y destinada a la obtención de los hemoderivados necesarios para la transfusión de los pacientes que lo necesitan con las máximas garantías de seguridad.

El proceso de donación puede dividirse en cuatro fases:

Recepción al donante

El primer paso es recoger los datos personales del donante para su filiación, registrando su nombre, apellidos, domicilio y teléfono, para lo que se requerirá su DNI, pasaporte o documento oficial equivalente para confirmar su identidad.

Si es la primera vez que dona, entonces se le remitirá a su dirección un carné de donante que podrá presentar en próximas donaciones. Si es un donante repetidor bastará con identificarse para confirmar sus datos en el sistema de información del Centro de Transfusión.

El tratamiento de sus datos personales es absolutamente confidencial, nos permitirá gestionar su donación de sangre y, si lo desea, notificarle nuevas convocatorias para donar.

El donante recibe una hoja informativa sobre las actividades de riesgo que pueden dar lugar a la infección de enfermedades como el sida o la hepatitis (ver requisitos para donar sangre). Se trata de que el donante, antes de firmar verifique que no se encuentra en uno de los grupos de riesgo y se excluya a sí mismo si cree que puede padecer alguna de estas enfermedades.

Exploración médica y cuestionario

Tras la recepción, el donante es atendido por personal médico o de enfermería que le tomará la tensión arterial y le realizará un análisis in situ de hemoglobina, bastará con una pequeña punción en uno de sus dedos y extraer un par de gotitas de sangre para determinar si tiene los niveles adecuados para donar o si es mejor esperar a una próxima ocasión si se detecta algo de anemia.

Si los niveles son adecuados, el médico le realizará algunas preguntas sobre su historial para garantizar que la donación es segura para usted y para el paciente que va a recibir su sangre.

En todo momento los profesionales del Centro de Transfusión velarán por el donante para que se encuentre cómodo y lo más relajado posible, y en poco más de 10 minutos se le habrá realizado una historia y exploración médica, con tensión arterial, pulso sanguíneo, y un análisis rápido de hemoglobina, y estará listo para la extracción.

La extración de sangre

Si el donante está en condiciones de donar sangre (la sangre es muy necesaria, pero nos preocupa más la salud de nuestros donantes), entonces se tumbará en una camilla mientras el personal de enfermería abre un kit de extracción completamente nuevo, estéril y de un sólo uso (por tanto, no existe riesgo alguno de contraer ninguna enfermedad durante la donación de sangre).

Después de desinfectar cuidadosamente la zona anterior del brazo, a la altura de donde se flexiona el codo, la enfermera o enfermero que esté con el donante le colocará la aguja estéril, de uso único y desechable, que le hará sentir un leve pinchazo al principio y que se pasará al poco de empezar la extracción.

La donación durará entre 5 y 10 minutos y el volumen extraído será de aproximadamente 450 ml de sangre. No es que se saque mucha sangre, es que sale muy despacio.

Al terminar se extrae la aguja, se desinfecta el lugar del pinchazo y le pondrán una gasa mientras el donante espera recostado un par de minutos hasta que el personal de enfermería que le atiende verifica que está en perfecto estado. Y listo, ya sólo queda un breve descanso y el refrigerio.

Descanso breve y refrigerio

Pues después de la extracción ya sólo quedan otros 10 minutos para recuperarse y charlar tomando un pequeño refrigerio compuesto de una bebida y algún alimento ligero para reponer fuerzas antes de reanudar la actividad normal.

Si no es la primera vez que dona sangre, sabrá que la extracción es bien tolerada. Si es la primera vez le vendrán bien estos consejos:

  • Presionar en la zona de la punción al menos cinco minutos.
  • Aumentar el consumo de líquidos en las 4/12 horas siguientes. Y evitar consumir bebidas alcohólicas en las dos horas posteriores a la extracción.
  • En ese día coma moderadamente para evitar una sobrecarga gástrica.
  • Si debe conducir un vehículo, espérese unos 30 minutos.
  •  Y para cualquier duda consulte con el médico.

Y ya está, como habrá podido comprobar el proceso completo no suele durar más de media hora y ese esfuerzo solidario se recompensa con las vidas que pueden salvarse o recuperarse con su donación. Y sepa que en dos meses podrá volver a donar si lo desea.

¡¡¡GRACIAS!!!