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Turismo de aceite, vino y queso en la Comarca de Alhama y el Poniente Granadino

20 julio, 2020
Una apreciada amiga dice que este año nos quedamos en la provincia, «a conocer pueblos y sabores vernáculos que desconocemos, por eso de haber viajado tanto al extranjero». Y una primicia genial

No reniego de conocer mundo. De hecho ya he realizado un viaje por media Francia, parte en coche, otra en avión y tren. Pero queda tanto por ver de Granada que la idea de mi amiga me hace contarles cosas de aquí. Esas que a veces solo disfrutan los del pueblo.

Alhama, queso de diseño

«La quesería alhameña ‘Cortijo del Aserradero‘ obtiene la medalla de plata en los World Cheese Awards de 2019 celebrados en Bérgamo (Italia) con su queso curado al romero». Así rezaba el titular. Yo descubrí en 2013 esta empresa familiar. Ella tenía una boutique en Palma de Mallorca. Dejó el glamour y volvió al cortijo de sus padres, poniéndose a la faena de hacer quesos con estilo. Su premiado tiene el tono, olor, textura, corteza, cuerpo y sabor del queso curado al romero, que lo han hecho merecedor del galardón internacional. Elaborado con leche cruda de las cabras de la ganadería alhameña, sal, cuajo y romero, es uno de los productos insignia de la quesería que ya ha obtenido galardones antes.

Aceites del Poniente

Tierras de secano donde se cultivan la vid y el olivo. Con amplia variedad: picudo, picual, marteño, hojiblanca, lucio, nevadillo de Alhama de Granada y loaime. Aceites ligeros en boca, de amplia gama de aromas a frutas frescas, maduras, hierba, higuera, etc. Suelen ser aceites equilibrados que presentan toques de amargor y picor en armonía. La DO acoge: Algarinejo, Alhama de Granada, Arenas del Rey, Cacín, Fornes, Huétor Tájar, Íllora,Játar, Jayena, Loja, Montefrío, Moraleda de Zafayona, Salar, Santa Cruz del Comercio, Villanueva Mesía, Zafarraya y Zagra.

Con pan y vino

Ya les conté que, de siempre, me han gustado los embutidos de la comarca. Sobre todo su salchichón. Y su vino de la cooperativa, que cada vez procura vinificar con mejores y más avanzados medios técnicos. Todos los pueblos que he reseñado anteriormente son recomendables para visitar, comprar sus aceites, productos y comer, aunque no solo de condumio vive el hombre. En Salar vemos nuestra primigenia cultura. La maravillosa Villa Romana merece una visita y tómese un buen yantar al estilo. Buen oro líquido, como digo, y sus costillas de cerdo en aceite son excusa para recalar por estos lares. El nombre, de origen latino, se debe a la industria salinera, hoy desaparecida. Tierras donde grabé unos capítulos para televisión, quedando encantado con sus gentes, sabores e historia. Era invierno y estaba el equipo contento con los guisos, que tomábamos todos juntos.

Fuente: gourmet.ideal.es (adaptación)