Saltar al contenido

Quejas por el cierre de una escuela para inmigrantes en Ventas de Zafarraya

27 agosto, 2019
El profesor que empezó de forma altruista con estas clases se está viendo obligado ahora a darlas en la calle.

Redacción: Sergio González Hueso. Ideal.es.

Fuente: Agencias de Noticias.

Baja el río revuelto en el Llano de Zafarraya, esta zona de Granada en la que se localizan Zafarraya, El Almendral y Ventas de Zafarraya. En esta última Entidad Local Autónoma (ELA perteneciente al Municipio de Alhama de Granada) se ha levantado este verano una honda polémica a causa del cierre de la escuela de adultos, que permanecía abierta en verano para atender las necesidades formativas de los inmigrantes que llegan a este lugar con el fin de trabajar en la temporada agrícola. El hecho de que este recurso público estuviera abierto era consecuencia de la voluntad altruista de un maestro de esta ELA de Alhama de Granada.

Desde hace años, fuera del periodo lectivo se dedicaba a enseñar a los temporeros extranjeros a hablar castellano. Con el tiempo, lo que comenzó como una iniciativa particular se ha ido convirtiendo en una actividad muy popular entre ellos, tanto que desde el año anterior son ya dos los profesores que impartían estas clases cada vez más numerosas. El verano pasado llegaron a pasar por ellas alrededor de un centenar de personas. La actividad continuó este año, cuando volvió a permanecer abierto el local que alberga la escuela para que Eduardo y Nati, los maestros que altruistamente están ayudando a estas personas, pudieran seguir realizando su buena obra. Todo sin novedad hasta que el pasado día 9 de agosto el alcalde de Ventas de Zafarraya (PP), Victoriano Damián Crespo, les pidió las llaves del espacio educativo para limpiarlo aprovechando una salida de los dos maestros fuera del pueblo. «Creíamos entonces que cuando volviéramos nos las devolvería para poder así seguir con nuestra labor, pero no fue así y desde entonces continúa la escuela cerrada», explica Nati, que no acaba de saber muy bien los motivos por los que de repente se ha tomado esta decisión por parte de la autoridad de la ELA. Aunque lo sospecha.

Una explosión

En el contexto de esta determinación del primer edil hay que ubicar la sonora explosión de una ola de malestar en todo el Llano de Zafarraya. El motivo fue una serie de incidentes ocurridos precisamente durante los días antes de que se cerrase el centro. Aunque esta zona está acostumbrada desde hace años a recibir a personas de otras latitudes con motivo del trabajo en el campo, motor económico de estas localidades, este verano han pasado cosas que han provocado la ira de los vecinos de toda la vida. En poco tiempo, grupos de jóvenes marroquíes rompieron varias lunas de vehículos, robaron en algunos establecimientos o armaron peleas y escándalos a altas horas de la madrugada.

Las personas que están detrás de esta iniciativa social sospechan que todo este movimiento, que opinan que hace pasar a justos por pecadores, influyó directamente en la decisión del alcalde. A él lo acusan de haberse dejado llevar por algunos vecinos convencidos de que la actividad que se desarrolla en la escuela genera una suerte de ‘efecto llamada’ en el pueblo. Él lo niega: «La escuela de adultos se está adecentando para que cuando comience el curso lectivo se encuentre en perfecto estado. Nada más», señala Crespo.

Huelga de hambre

Por si acaso, Juan Rincón, que es también profesor en educación permanente y que es conocedor de la iniciativa altruista existente en esta zona, niega taxativamente que al pueblo lleguen más inmigrantes por culpa de la escuela. Según él, el único supuesto ‘efecto llamada’ lo provoca la rica huerta de esta zona. «Será por tanto siempre mucho más positivo atenderlos como es debido que dejarlos abandonados a su suerte», expone. De ahí que considere un «error» grave que se cierre este recurso, que aunque extraoficial, cumplía una función social. Él y muchas personas que saben lo que está pasando han firmado un manifiesto junto a 25 asociaciones.

A pesar del cerrojazo, las clases han seguido. Quedarse sin local no ha sido impedimento suficiente para que Eduardo siga enseñando a estas personas. Aunque es consciente de que esta situación de interinidad debe acabar, de momento continuará con una labor que cree necesaria por el bien del pueblo. Eduardo no parará, por tanto, de pelear hasta tener un espacio adecuado para impartir las clases. Por ello, ha comenzado una huelga de hambre para hacer presión a un alcalde que no parece amedrentarse. «El maestro de adultos se ha jubilado y su deber es entregar las llaves al Ayuntamiento», subraya.

Origen de la noticia