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Los Tajos de Alhama: uno de los 59 Monumentos Naturales de Andalucía 

26 noviembre, 2020
Las ocho provincias andaluzas disfrutan de entornos enclavados en zonas donde la Naturaleza es la verdadera protagonista

Uno de los atractivos que tiene nuestra tierra andaluza son los llamados monumentos naturales, un auténtico reclamo para atraer la visita de turistas, cuando cesen las restricciones a la movilidad provocadas por la pandemia, o hacer excursiones por parte de los habitantes de las localidades para conocer aspectos desconocidos de nuestro entorno más cercano.

Si acudimos a la normativa en vigor, estos monumentos naturales son espacios de la naturaleza constituidos básicamente por elementos de notoria singularidad, rareza o belleza que merecen ser objeto de protección especial, así como las formaciones geológicas, los yacimientos paleontológicos y demás elementos de la gea que reúnan un interés especial por la peculiaridad o importancia de sus valores científicos, culturales o paisajísticos.

En total son 59 monumentos naturales los que se encuentran en Andalucía, los diez últimos, incluidos en abril de 2019 por el actual Gobierno andaluz. En total estas maravillas naturales andaluzas suman una superficie total de 1.556 hectáreas.

Evidentemente, las ocho provincias andaluzas cuentan con varios monumentos naturales pero es Málaga la provincia con más «belleza natural», con un total de 13 espacios, entre los que destacan, entre otros, la Fuente de los 100 caños, (nacimiento del Río Guadalhorce, en Villanueva del Trabuco); el Tajo de Ronda, el Mirador de la cuenca del Río Turón, más conocido como el Mirador del Guarda Forestal, en la localidad de El Burgo; las cuevas del Gato y del Hundidero, en Montejaque o el Cañón de las Buitreras en Cortes de la Frontera y Gaucín. La más grande en extensión de estas maravillas malagueñas es la falla de la Sierra del Camorro, que se sitúa en Cuevas de San Marcos.

Almería es otra de las provincias de nuestra comunidad con más encanto natural. Destaca sobre todas el Arrecife de Barrera de Posidonia de Roquetas de Mar, con más de 100 hectáreas, y Piedra Lobera, en Lúcar, que se lleva la palma en extensión con sus 207 hectáreas; el Peñón de Bernal, que engloba los municipios de El Ejido, Dalías y Vícar, y la Encina del Marchal del Abogado, en Serón, podrían completar perfectamente el podio de las maravillas naturales almerienses.

Si visitamos la provincia de Granada hay que pasar obligatoriamente por el nacimiento de Riofrío, en Loja, que es la última estancia natural granadina que se ha incorporado al catálogo de entornos naturales destacados de la provincia granadina. La Cuevas de las Ventanas en Piñar y los Tajos de Alhama, en Alhama de Granada llevan ya casi dos décadas haciendo las delicias de todos los visitantes que deciden desplazarse a estas maravillas granadinas.

Sevilla no se queda a la zaga y presenta en esta lista recientemente las Huellas Fósiles de Medusas de Constantina, que comparten protagonismo con las Cascadas del Huéznar, en San Nicolás del Puerto, o los Tajos de Mogarejo, en la zona de Montellano.

Jaén, con los Órganos de Despeñaperros, las Huellas de dinosaurios de San Esteban del Puerto o la Cueva del Agua de Tíscar, en la localidad de Quesada, pone el listón muy alto ante otras provincias como la cordobesa, que aporta pequeñas maravillas como la Cueva de los Murciélagos en Zuheros, el Meandro de Montoro o los Sotos de la Albolafia, en la capital cordobesa. Cádiz apuesta por el Tómbolo de Trafalgar y otros dos despliegues naturales como son la Punta del Boquerón en La Isla de San Fernando y las archiconocidas Dunas de Bolonia, en Tarifa. Huelva por su parte aporta el Pino Centenario del Parador de Mazagón, en Moguer; la Encina de San Francisco en Santa Olalla del Cala y los almonteños Acantilados del Asperillo y los acebuches del Rocío.