Hoy, 16 de agosto, es el día que todos los jatareños llevamos esperando: el día de San Roque, nuestro querido patrón. Es una fecha que no solo marca el calendario, sino también nuestros corazones, uniendo al pueblo en una celebración que mezcla tradición, fe y un profundo sentido de pertenencia. Hoy, Játar se viste de fiesta, más aún, para honrar a San Roque, el santo que nos ha acompañado a lo largo de los años, y lo hace con la misma devoción que nuestros abuelos nos enseñaron.
San Roque: el protector que nunca nos falla
Cada año, cuando el 16 de agosto llega, es imposible no sentir una emoción especial al escuchar las campanas de la iglesia de San Roque. Este sonido, que resuena en todo el pueblo, nos recuerda que estamos juntos, que compartimos una historia y que, pase lo que pase, San Roque está con nosotros. Hoy es su día, y en cada rincón de Játar se respira ese ambiente de respeto y gratitud hacia el santo que siempre ha sido nuestro protector.
Uno de los aspectos más conmovedores de esta devoción y tradición son las «mandas», esas promesas que los jatareños hacen en momentos de necesidad, cuando imploran la ayuda o protección de San Roque. Cumplir con una «manda» es un acto de fe profundo que puede manifestarse de diferentes maneras. Algunos eligen el sacrificio personal, realizando actos que nadie más conoce, guardados en la intimidad de su devoción. Otros, en cambio, optan por un gesto más público y generoso, brindando una rueda de fuegos artificiales durante la procesión de San Roque, iluminando el cielo de Játar en honor al santo que les escuchó en su momento de necesidad.
La procesión de San Roque es el momento culminante de la jornada. Ver cómo su imagen recorre las mismas calles por las que hemos caminado tantas veces es una experiencia que no pierde su magia, sin importar cuántos años hayan pasado. Es en estos momentos cuando los jatareños sentimos más que nunca la fuerza de nuestro pueblo, cuando las generaciones se encuentran y comparten ese vínculo que nos une a través del tiempo.
La Virgen del Rosario: una madre siempre presente
Aunque hoy es el día de San Roque, no podemos olvidar a la Virgen del Rosario, quien comparte con él el corazón de nuestras Fiestas Patronales. Su figura nos ofrece consuelo y paz, y su presencia en estas celebraciones nos recuerda el amor y la protección que sentimos cada vez que nos arrodillamos ante su altar. La Virgen del Rosario es, para muchos, un faro de esperanza, y su procesión, que acompaña la de San Roque, es otro de esos momentos que nos hacen sentir que estamos en casa.
Un día para el recuerdo y la celebración
El día de San Roque es también un día para recordar. Recordar las historias que nos contaron nuestros mayores, las promesas cumplidas, y los momentos compartidos bajo el amparo del santo. Es un día en el que el pasado se encuentra con el presente, y en el que todos, sin importar dónde estemos, sentimos el llamado de Játar en lo más profundo de nuestro ser.
Hoy, como cada año, las calles de Játar se llenarán de alegría. Las verbenas, los encuentros con viejos amigos, las conversaciones que se alargan hasta la madrugada, todo ello es parte de una tradición que nos define. Y mientras disfrutamos de cada momento, no podemos evitar sentirnos agradecidos por ser parte de algo tan especial.
Y, mientras cumplimos nuestras «mandas», ya sea en silencio o iluminando el cielo con fuegos artificiales, gritemos con fuerza: ¡Viva San Roque! ¡Viva la Virgen del Rosario! ¡Y viva Játar, en este día tan especial y todos los días del año!