Estaban citadas 410 personas en el Polideportivo municipal, pero a la cita con los sanitarios acudieron menos de la mitad
Han pasado ya ocho meses desde que la pandemia dio la cara con toda crudeza en España y aún impresiona ver al personal sanitario con esos trajes blindados de cazadores de ‘aliens’. La ‘moda’ postapocalíptica es lo que tiene, que sobrecoge y recuerda que la situación todavía está lejos de la solución. El coronavirus sigue ahí. Ahora le ha dado por contaminar lugares que superaron la primera ola casi sin enterarse. El de Asturias es probablemente el caso más llamativo: allí hicieron los deberes y lograron esquivar al patógeno durante prácticamente todo el insólito verano de las mascarillas y los geles. Sin embargo, este estado de cosas ha cambiado en unos pocos días y el Principado ha tenido que empezar a bajar persianas y aplicar restricciones.
Salvando las distancias, a Alhama de Granada, el municipio del tajo y las calles empinadas, le ha ocurrido un poco lo mismo. La pandemia apenas se dejó ver por allí cuando todo empezó. «Murieron tres mujeres del pueblo, pero estaban en la residencia de Armilla», recordaba ayer Jesús Ubiña, el alcalde popular de Alhama en el Polideportivo municipal, donde 410 de sus vecinos habían sido citados para someterse a pruebas de detección del virus. A las ocho, cuando acabó la recogida de muestras, se habían acercado hasta el recinto 182 personas, menos de la mitad de los seleccionados al azar y cuatro de ellas dieron positivo.
Esta medida extraordinaria –aunque cada vez lo es menos– llegó después de que medio centenar de alhameños dieran positivo en las últimas semanas. Otra isla que dejaba de serlo. Si se tiene en cuenta que la localidad tiene seis mil habitantes, la cifra de 50 infectados no parece descabellada. Lo que pasa es que, al abordar los cálculos de formar proporcional, el resultado es que Alhama tiene una tasa de incidencia superior a la de Granada, que está disparada. Así que a las cuatro de la tarde, la hora fijada para el inicio del cribado, una hilera de personas, perfectamente enmascaradas y separadas, ya esperaban su turno en la entrada del Polideportivo convertido para la ocasión en un centro de salud. Seis enfermeros y enfermeras, pertrechados con los trajes anti-Covid, habían habilitado tres puestos para tomar las muestras.
La técnica empleada era la de antígenos, que es muy similar a las conocidas PCR: extraer un exudado a través de las fosas nasales de los voluntarios. La diferencia es que el resultado se obtiene en unos quince minutos. No obstante, los cuatro positivos recibirán la confirmación definitiva hoy por vía telefónica. Tras conocer los resultados, el regidor Jesús Ubiña, que como es natural hubiera deseado que no hubiera ningún infectado, valoró la iniciativa porque les va a permitir trazar mejor la geografía de la pandemia en la localidad. «Bienvenidas sean todas las pruebas que sea hagan», dijo. Ubiña indicó también que no le constaba que ninguno de sus vecinos afectados hubiera sufrido la versión más agresiva de la Covid. «Por lo que sé, afortunadamente todos están bien y no han tenido que ser hospitalizados», señaló el alcalde de Alhama.